Creo que todos hemos visto la historia de Pinocho, el niño de madera que se convierte en un niño de verdad. Pero en esta ocasión, no vengo a hablarles de la versión original de Disney ni del bodrio de live action que sacó la compañía del ratón. Vamos a hablar de la hermosa adaptación del grandioso director Guillermo del Toro.


Argumento


Esta historia no es la típica que vimos el año pasado en un live action, ya que en esta ocasión se adaptó el material original, es decir, el libro. Por lo tanto, hay que hacerse a la idea de que veremos una historia mucho más cruda que la que podemos ver en la película que hizo famosa Disney.


Para empezar, este filme toma lugar durante la Primera Guerra Mundial, en los tiempos de la Italia fascista gobernada por el militar, político y dictador Benito Amilcare Andrea Mussolini. Por lo tanto, no te esperes un escenario bonito, pues aquí van a regir la falta de moral por parte de muchos de los personajes, así como el pensamiento trágico y militarista.


Es en este contexto en el que el hada madrina trae a la vida a Pinocho, quien fue fabricado en medio de una borrachera de Geppetto, gracias a que este se encontraba despechado por la muerte de su hijo Carlo, producto de los numerosos y trágicos efectos colaterales que generó este conflicto bélico. A partir de este punto, Pinocho no tendrá como objetivo portarse bien para volverse un niño de verdad, sino que buscará que Geppetto lo quiera a como dé lugar.


Personajes y animación


Hablemos un poco de la animación, así como del diseño de personajes para esta adaptación. Primero, decir que a pesar de que Memo del Toro ya ha trabajado en películas animadas, como por ejemplo "El Gato con Botas", esta es la primera cinta animada dirigida por el cineasta mexicano, haciéndolo de manera magistral, con un muy buen manejo de la técnica Stop Motion. De igual forma, sus personajes lucen muy llamativos, sacando a relucir la ya conocida creatividad de este director.


Sus escenarios no se quedan atrás, pues a pesar de que su historia tiene un toque más serio en comparación a la adaptación más conocida, su fotografía será mayormente colorida durante algunas partes de la película, dándonos así un contraste que funciona bastante bien.


En cuanto a sus personajes, podemos decir que tienen su tiempo justo en pantalla, tanto los villanos como los protagonistas. Aunque sin duda, en ocasiones se siente que Sebastián, el grillo, debería tener más participación, pues es este personaje quien hace de narrador de la historia. De hecho, se siente como una especie de alivio cómico en ocasiones, siendo una criatura mágica en el mundo de los muertos quien se encarga de educar a Pinocho. Aunque cuando el hada del bosque le encomendó esa tarea a Sebastián, aún así se siente muy equilibrado, ya que todos tienen sus roles y ninguno sobresale más que el otro, existe un equilibrio.


Algo que destaco es lo molesto que es este Pinocho, pues se comporta como un niño malcriado de unos 8 a 10 años, pero de manera muy exagerada, lo cual te da ganas de querer matarlo durante determinados momentos durante el filme. Agradeciendo al final que el niño de madera sea reprendido, aunque esto termina ocasionando un berrinche más grande por parte de él. Aunque pese a ser pesado, el espectador no lo toma de manera negativa y no llega a odiarlo para siempre, sino que da la imagen de lo que es: una mezcla entre un niño mal educado y un pequeño que apenas está descubriendo el mundo, así como las personas que lo rodean.


Canciones


Sí, esta cinta tiene canciones, pero tranquilos, no está sobrecargada de ellas. Tiene un total de 4, si no me falla la memoria, y todas tienen un buen contexto de fondo que te hace apreciar la fotografía, desesperarte o incluso reírte. Por lo tanto, este elemento es llevado de una muy buena manera.


Conclusión


"Pinocho" es un gran filme que nos deja muchas lecciones a lo largo de su duración, de las cuales destaco las siguientes:


La primera: la animación en definitiva no solo es para niños, es un formato más que sirve para contar infinidad de historias.


La segunda: no debes esforzarte por ser otra persona solo para que los demás te quieran. Ser tú mismo siempre será más importante que ser alguien que no eres solo por encajar o agradarle a alguien.


La tercera: no somos eternos, venimos al mundo con fecha de fabricación, así como también se nos entregó una de caducidad. Tarde o temprano nos llegará un momento de partir, nos toca aceptar esa realidad de la mejor manera posible.


Es por ello que se ha ganado sus merecidos 10 escudos de 10.